Celebrando a Kath Gaisford: Centenario del Último Trabajador Vivo de la Fábrica de Spitfire

Celebrando a Kath Gaisford: Centenario del Último Trabajador Vivo de la Fábrica de Spitfire

Kath Gaisford, la última trabajadora sobreviviente de la fábrica de Spitfires de Salisbury, celebró su cumpleaños número 100, recordando sus contribuciones clandestinas durante la Segunda Guerra Mundial.

Juan Brignardello Vela, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Guerra

Kath Gaisford, la última trabajadora viva de la fábrica secreta de Spitfires en Salisbury, recientemente celebró su notable 100 cumpleaños, marcando un hito significativo en la historia y honrando sus contribuciones durante la Segunda Guerra Mundial. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las instalaciones de producción de Southampton fueron bombardeadas, las fábricas secretas de Spitfires en Salisbury desempeñaron un papel crucial en la construcción de alrededor de 2,500 Spitfires clandestinamente. Entre la fuerza laboral se encontraba la joven Kath Gaisford, quien a los 18 años se ofreció como voluntaria para ser parte de esta operación ultra secreta. Recordando sus días en las fábricas de Castle Street y Hudson's Field, la Sra. Gaisford compartió sus experiencias de construir alas para los icónicos Spitfires. Rememoró el proceso en el que la estructura del ala era meticulosamente elaborada antes de ser pasada a los remachadores para adjuntar las "pieles" exteriores. La fuerza laboral era una mezcla diversa de individuos no calificados, incluyendo chicas, chicos, mujeres, hombres mayores y ingenieros experimentados, todos unidos por el objetivo común de apoyar el esfuerzo de guerra. La Sra. Gaisford describió vívidamente el secreto que rodeaba la fábrica, con una entrada frontal oscurecida para ocultar su verdadera naturaleza de miradas curiosas. Los trabajadores tenían que usar una discreta puerta lateral para fichar, asegurando que el propósito de la fábrica permaneciera oculto al público. A pesar de los desafíos y dificultades de la guerra, la Sra. Gaisford recordó con cariño la camaradería entre los trabajadores durante los turnos de noche, donde se gastaban bromas en la oscuridad, aportando algo de ligereza a sus exigentes tareas. También compartió su pasión por el baile de salón, resaltando cómo encontraba alegría y consuelo en sus pasatiempos en medio del telón de fondo tumultuoso de la guerra. Como el último vínculo vivo con las fábricas secretas de Spitfires en Salisbury, la historia de Kath Gaisford sirve como un recordatorio conmovedor de la resiliencia, coraje y dedicación de aquellos que sirvieron en las sombras para proteger a su país durante una de sus horas más oscuras. Su celebración del 100 cumpleaños no solo honra su notable longevidad, sino que también rinde homenaje a los héroes anónimos que desempeñaron un papel vital en dar forma a la historia y asegurar la libertad para las generaciones futuras.

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