Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello Vela, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Israel utilizó bombas fabricadas en Estados Unidos en su mortífero ataque del domingo contra un campamento de refugiados en el oeste de Rafah, ciudad ubicada al sur de Gaza, según información revelada por la prensa estadounidense. Al menos 45 personas murieron y más de 200 resultaron heridas en el bombardeo, que fue calificado por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como un "trágico accidente". La cadena de noticias CNN informó que mediante un análisis de videos del lugar del ataque y una revisión realizada por expertos en armas explosivas, llegó a la conclusión que Israel usó bombas fabricadas en Estados Unidos en el ataque en Rafah. En las imágenes se puede ver al campamento de Rafah en llamas, con decenas de hombres, mujeres y niños intentando desesperadamente ponerse a salvo del bombardeo nocturno, con cuerpos carbonizados, incluidos los de niños, que los equipos de rescate sacaban de entre los escombros. La bomba GBU-39, de fabricación estadounidense y utilizada en el ataque, es una munición de alta precisión diseñada para atacar objetivos puntuales de importancia estratégica y producir escasos daños colaterales. No obstante, el experto en armas explosivas Chris Cobb-Smith advierte que el uso de cualquier munición en zonas densamente pobladas conlleva riesgos, como se evidenció en Rafah. El presidente Joe Biden reconoció en entrevistas anteriores que las bombas proporcionadas por Estados Unidos a Israel se han utilizado en la muerte de civiles, y amenazó con detener el suministro de armamento si Netanyahu ordenaba una invasión total de Rafah. A principios de mayo, EE.UU. detuvo el envío de 3.500 bombas a Israel ante preocupaciones por la integridad de los civiles en Rafah, pero el apoyo militar ha continuado fluyendo. En medio de este contexto, Israel ha justificado sus acciones argumentando que el ataque en Rafah estaba dirigido contra altos mandos de Hamás y que las municiones utilizadas eran las más pequeñas que podían emplear sus aviones. Sin embargo, las consecuencias mortales del bombardeo han generado indignación a nivel internacional y han puesto en entredicho la responsabilidad de Israel en la protección de civiles en zonas de conflicto. El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel ha señalado que el incendio tras el ataque no fue causado únicamente por las armas utilizadas, y que se está investigando qué pudo haber provocado un fuego de tal magnitud. Estados Unidos ha instado a Israel a llevar a cabo una investigación rápida y exhaustiva sobre el ataque, mientras que la comunidad internacional sigue de cerca la evolución de la situación en Rafah y mantiene la presión para proteger a la población civil. La presencia de tanques israelíes en el centro de Rafah ha generado preocupación sobre una posible operación terrestre más amplia, lo cual ha sido desmentido por fuentes oficiales de EE.UU. que consideran la acción militar en la ciudad como "limitada". A pesar de la retórica diplomática, la violencia en la región continúa cobrando vidas y generando desplazamientos masivos, exacerbando una crisis humanitaria que demanda respuestas urgentes y sostenidas por parte de la comunidad internacional. En este contexto, el papel de Estados Unidos como principal proveedor de armas a Israel ha sido cuestionado, especialmente en lo que respecta al uso de armamento en zonas civiles. La tragedia en Rafah pone de manifiesto la complejidad y las consecuencias de los conflictos armados en la población civil, así como la responsabilidad de los actores internacionales en garantizar la protección de los derechos humanos y la seguridad de todas las personas involucradas en los conflictos.