Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

En un giro significativo para los derechos de los pacientes en América Latina, Uruguay ha aprobado recientemente una ley de eutanasia que busca brindar a los ciudadanos la posibilidad de decidir sobre el final de sus vidas en situaciones de sufrimiento insoportable. Esta decisión ha sido profundamente influenciada por experiencias personales, como la de Florencia Salgueiro, quien ha sido una ferviente defensora de la legislación en memoria de su padre, Pablo Salgueiro, quien padeció esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y falleció sin poder elegir el momento y la forma de su muerte.
Durante una entrevista en el programa de Infobae, Salgueiro expresó su satisfacción por la aprobación de esta ley, calificándola como un acto de justicia para quienes enfrentan enfermedades terminales o condiciones irreversibles que menoscaban su calidad de vida. “Mi papá murió pidiéndolo, y hoy se hizo justicia con quienes vendrán”, subrayó, enfatizando la importancia de la autonomía y la dignidad de los pacientes en el proceso de morir.
La historia de Pablo Salgueiro es un testimonio desgarrador de la lucha contra el sufrimiento. Tras tres años de una batalla con ELA, su deseo de poner fin a su sufrimiento fue ignorado por el sistema de salud, que le negó la posibilidad de acceder a un final acorde a su voluntad. Este vacío legal, que ha afectado a muchos otros uruguayos, fue uno de los motores que impulsaron la campaña para legalizar la eutanasia en el país.
Florencia Salgueiro también abordó el arduo camino legislativo que llevó a la aprobación de la ley, que estuvo marcado por la persistencia de familiares, activistas y referentes sociales. A pesar de los desafíos y la oposición, especialmente desde sectores religiosos, el consenso político finalmente permitió que el proyecto avanzara. “Estamos felices de haberlo conseguido”, manifestó, reflejando el alivio que siente al ver que otros no tendrán que pasar por lo que sufrió su padre.
La nueva legislación plantea requisitos estrictos para su implementación, garantizando que solo quienes se encuentran en situaciones de sufrimiento extremo y que pueden expresar su voluntad de manera clara y autónoma puedan acceder a ella. Salgueiro explicó que la decisión debe ser confirmada por un equipo médico, y que existen salvaguardias destinadas a evitar abusos y garantizar la libertad de elección del paciente.
A pesar de las preocupaciones que han surgido en torno al acceso a cuidados paliativos y el dolor, Salgueiro defendió la ley como una opción que respeta la autonomía del individuo. “La clave es que el dolor no es solo físico; también hay un sufrimiento psíquico y emocional que debe ser respetado”, afirmó, reconociendo que cada persona tiene derecho a determinar cómo y cuándo desea morir.
La implementación de esta ley no solo tiene repercusiones en Uruguay, sino que también abre un debate sobre la eutanasia en otros países de la región, como Argentina, donde el tema sigue estancado. Salgueiro destacó la necesidad de diálogo y consenso en estos temas sensibles, que son fundamentales para el respeto de los derechos humanos.
La ley de eutanasia en Uruguay también incluye disposiciones para proteger a los profesionales de la salud que participen en el proceso, asegurando que no enfrenten penalizaciones siempre que sigan los procedimientos establecidos. Esto incluye el derecho a la objeción de conciencia, permitiendo a los médicos y otros profesionales excusarse de participar por razones personales o religiosas.
Florencia Salgueiro concluyó la entrevista reafirmando su compromiso con la memoria de su padre y la dignidad de todas las personas que enfrentan situaciones similares. “Nadie debería ser obligado a vivir un final que no desea. Debemos confiar en la autonomía y la capacidad de decisión de las personas”, expresó, enfatizando la importancia de seguir adelante en la lucha por los derechos de los pacientes.
Con la reciente aprobación de la ley de eutanasia, Uruguay se posiciona como un líder en la promoción de derechos individuales al final de la vida en América Latina. A medida que el país avanza hacia la reglamentación de esta legislación, el mensaje es claro: se abre la puerta para que cientos de uruguayos tengan la oportunidad de elegir un final digno acorde a sus deseos y necesidades. La historia de Pablo Salgueiro y su familia no solo ha sido un motor de cambio, sino un recordatorio de la importancia de la autodeterminación en el proceso de morir.
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