Cantar villancicos: un regalo para la salud física y emocional en comunidad

Cantar villancicos: un regalo para la salud física y emocional en comunidad

Puede unir a las personas y preparar nuestro cuerpo para combatir enfermedades e incluso suprimir el dolor - LA NACION

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 05.12.2025

En esta época del año, mientras las ciudades se llenan de las melodías festivas de los villancicos, el acto de cantar se convierte en un fenómeno que va más allá de la simple expresión artística. La ciencia ha demostrado que cantar no solo eleva el espíritu, sino que también conlleva una serie de beneficios para la salud que involucran tanto el bienestar físico como emocional. Investigadores y expertos han comenzado a desentrañar los efectos profundos que esta actividad tiene en el cuerpo humano, revelando un vínculo fascinante entre la música y la salud.


Los estudios realizados en diversas instituciones, incluyendo el Instituto de Investigación de Musicoterapia de Cambridge, destacan que el canto es un acto integral que involucra aspectos cognitivos, físicos, emocionales y sociales. Según Alex Street, uno de los investigadores, cantar en grupo puede contribuir a la creación de lazos sociales profundos, incluso entre personas que son completamente desconocidas. Esta cohesión social es un testamento a la naturaleza intrínseca del canto como una actividad que une a las personas, promoviendo un sentido de comunidad.


Además de los beneficios emocionales, el canto tiene efectos físicos sorprendentes. Se ha comprobado que mejora la función pulmonar y el sistema respiratorio, siendo utilizado en terapias para pacientes con enfermedades pulmonares. La dinámica de la respiración que acompaña al canto facilita la exhalación controlada, lo que a su vez libera endorfinas que pueden ayudar a reducir el dolor y aumentar la sensación de bienestar.


Cantar también tiene un impacto positivo en la salud cardiovascular. La actividad de cantar puede mejorar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que a su vez refuerza la función inmunitaria. Los beneficios son aún más marcados en entornos grupales, donde la sinergia y la energía colectiva potencian estos efectos de salud. Esto sugiere que la simple acción de alzar la voz en compañía puede ser una forma efectiva de promover la salud y la vitalidad.


Desde un punto de vista neurológico, cantar activa diversas áreas del cerebro, incluyendo las que gestionan el lenguaje, el movimiento y las emociones. Esto no solo ofrece una forma de expresión, sino que también se convierte en un poderoso antídoto contra el estrés. La concentración necesaria para cantar y la atención que se requiere para coordinar la respiración, se traducen en una reducción notable de la ansiedad y el estrés cotidiano.


Pero lo más sorprendente es el potencial que el canto tiene para la rehabilitación cognitiva. Casos como el de Gabrielle Giffords, quien perdió la capacidad de hablar tras un atentado en 2011, ilustran cómo el canto puede facilitar la recuperación del lenguaje y la comunicación. Este enfoque ha sido utilizado con éxito en terapias para sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares, donde el canto se convierte en una herramienta clave para la restauración de la fluidez verbal.


Investigadores han comenzado a explorar el uso del canto en programas terapéuticos para diversas condiciones, desde demencia hasta enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. En estos casos, se ha encontrado que el canto no solo mejora la calidad de vida, sino que también puede ayudar a los pacientes a superar barreras de comunicación que surgen con la progresión de sus enfermedades. La actividad grupal en sí misma se convierte en un espacio de igualdad y conexión, donde el estigma asociado a las condiciones de salud se disminuye.


Sin embargo, no todos los tipos de canto ofrecen los mismos beneficios. Cantar en grupo parece ser más efectivo que hacerlo en solitario, lo que pone de relieve la importancia de la interacción social. Esta dinámica es especialmente valiosa en la infancia, donde se ha utilizado el canto como una herramienta para fomentar el desarrollo emocional y social en niños.


A pesar de los beneficios, es importante abordar los riesgos asociados con el canto, especialmente en el contexto de la pandemia de Covid-19. El canto en grupo ha sido identificado como un posible factor de propagación del virus, lo que subraya la necesidad de tener cuidado en su práctica en determinados contextos. Sin embargo, los beneficios que ofrece el canto son innegables y, en muchos casos, pueden ser un complemento valioso a los tratamientos médicos convencionales.


A medida que la tecnología continúa dominando nuestras interacciones diarias, es fundamental recordar el poder del canto como una forma de conexión humana. La investigación sobre este tema sigue avanzando, y los estudios recientes sugieren que, a medida que las personas se alejan de las interacciones cara a cara, el riesgo de perder los beneficios del canto en comunidad también aumenta. Por lo tanto, quizás esta temporada, al cantar villancicos alrededor del árbol de Navidad, estemos haciendo mucho más que celebrar; estamos alimentando nuestra salud física y emocional, creando lazos y reforzando nuestra humanidad compartida.

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