Revolucionaria tecnología del MIT promete transformar el tratamiento de enfermedades neurológicas

Revolucionaria tecnología del MIT promete transformar el tratamiento de enfermedades neurológicas

Estos chips electrónicos microscópicos viajan por el torrente sanguíneo hasta el cerebro tras una inyección en el brazo y se autoimplantan para tratar enfermedades neurológicas como el Alzheimer o la esclerosis múltiple

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud 15.11.2025

Investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han dado un paso significativo hacia la transformación del tratamiento de enfermedades neurológicas con el desarrollo de una innovadora tecnología llamada circulatronics. Este avance, que ha sido perfeccionado durante seis años, promete cambiar radicalmente la manera en que se abordan condiciones como la depresión, el Alzheimer, la esclerosis múltiple y los tumores cerebrales, eliminando la necesidad de intervenciones quirúrgicas invasivas que requieren la apertura del cráneo.


Los circulatronics son dispositivos bioelectrónicos que se inyectan en el brazo y que, a través del torrente sanguíneo, se dirigen de manera autónoma a las áreas dañadas del cerebro. Esta técnica no solo facilita el tratamiento de enfermedades que tradicionalmente requerían cirugía, sino que también ofrece una opción a las más de 3.000 millones de personas que padecen trastornos neurológicos a nivel mundial, muchas de las cuales no tienen acceso a procedimientos quirúrgicos complejos y arriesgados.


La clave de los circulatronics radica en su capacidad para emitir estimulación eléctrica en zonas específicas del cerebro que sufren patologías. Esta estimulación se activa de forma inalámbrica, utilizando luz para encender los dispositivos una vez que han llegado a su destino. Deblina Sarkar, quien lidera el Nano-Cybernetic Biotrek Lab en el MIT, señala que la tecnología se basa en un enfoque biológico que permite que los dispositivos se integren a las células, evitando así que sean rechazados por el sistema inmunitario.


El proceso de funcionamiento es impresionante. Los nanodispositivos, tan pequeños que pueden ser transportados por las células sanguíneas, se fusionan con los monocitos, un tipo de célula inmune que tiene la capacidad de cruzar la barrera hematoencefálica. Esta fusión permite que los chips lleguen a las áreas inflamadas del cerebro, donde se implantan y comienzan a emitir impulsos eléctricos. Los ensayos iniciales en ratones han demostrado que los dispositivos pueden localizarse y autoimplantarse en el tejido cerebral en un tiempo tan corto como 72 horas.


Una vez que los circulatronics están en su lugar, su activación se controla desde el exterior. La aplicación de un láser de infrarrojo cercano sobre el cráneo activa los chips, que emiten impulsos eléctricos específicos para modular las neuronas en áreas seleccionadas. Este enfoque no solo es menos invasivo, sino que también permite una precisión milimétrica, ya que los efectos neurológicos se limitan a un radio de apenas 30 micrones, evitando daños a las neuronas circundantes.


La investigación sugiere que esta tecnología podría revolucionar la forma en que se tratan las enfermedades cerebrales, especialmente en regiones donde la cirugía no es una opción viable. La posibilidad de dirigirse a tumores ocultos o a diferentes localizaciones dentro del cerebro es un avance notable, ya que muchos tumores en la región del tronco encefálico son considerados inoperables.


Los beneficios de los circulatronics no se limitan al tratamiento de enfermedades. El equipo de Sarkar está explorando la posibilidad de integrar circuitos nanoelectrónicos adicionales para expandir las capacidades de los dispositivos. Esto podría permitir no solo la detección y el análisis de datos, sino también la creación de neuronas artificiales, lo que abriría la puerta a aplicaciones aún más innovadoras.


Además, Cahira Technologies, la startup creada por el equipo de investigación, tiene planes ambiciosos para llevar esta tecnología a la práctica clínica en los próximos tres años. Esto incluye la exploración de aplicaciones en otros órganos, como el corazón, lo que podría ampliar significativamente el impacto de los circulatronics en la medicina.


Sarkar ha manifestado que esta tecnología tiene el potencial de ser una plataforma versátil para tratar múltiples enfermedades y, a su vez, mejorar el rendimiento cerebral. La idea de utilizar estos dispositivos para potenciar la cognición o aumentar la densidad neuronal con neuronas electrónicas sintéticas podría redefinir lo que entendemos por capacidades humanas.


A medida que esta prometedora investigación avanza, el futuro de la medicina podría estar más cerca de lo que imaginamos. La integración de la biología con la electrónica no solo podría ofrecer nuevas esperanzas para quienes sufren enfermedades neurológicas, sino que también podría abrir un abanico de posibilidades para la mejora del rendimiento humano. Sin duda, estamos ante una nueva era en la que la ciencia y la tecnología se unen para desafiar los límites de lo que es posible.

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