Tatiana Schlossberg, nieta de JFK, enfrenta cáncer terminal a los 35 años

La familia Kennedy, históricamente marcada por una serie de tragedias y muertes prematuras, enfrenta nuevamente el peso de su legado sombrío. Tatiana Schlossberg, nieta del asesinado presidente John Fitzgerald Kennedy, ha anunciado que padece un cáncer terminal a la edad de 35 años. En un emotivo artículo publicado en *The New Yorker*, titulado “Una batalla con mi sangre”, Schlossberg comparte su devastadora noticia, sumando un capítulo más a lo que muchos han denominado la maldición de los Kennedy.

La historia de la familia ha estado plagada de tragedias que comenzaron mucho antes del asesinato de JFK en 1963. Su hermano mayor, Joseph P. Kennedy Jr., murió a los 29 años en una misión de la Segunda Guerra Mundial, un desenlace que alteró las expectativas sobre la continuación del legado político familiar. Su hermana Kathleen también perdió la vida en un accidente aéreo a la edad de 28 años, mientras que Rosemary, otra de las hijas, sufrió una lobotomía que la dejó incapacitada de por vida, a causa de problemas de comportamiento que la acompañaron durante su infancia.

El propio JFK, tras superar momentos críticos durante la guerra, se convirtió en el 35º presidente de Estados Unidos, solo para ser abatido en 1963 en un asesinato que dejó una marca indeleble en la historia del país. Su vida estuvo marcada por la tragedia desde el principio: su hija Arabella falleció antes de nacer, y su hijo Patrick murió días después de su nacimiento. Más tarde, John F. Kennedy Jr. también encontró un trágico final en un accidente aéreo en 1999, llevándose consigo a su esposa y su cuñada, un incidente que reavivó las especulaciones sobre la maldición familiar.

La historia de la familia también incluye la muerte violenta de Robert F. Kennedy, quien fue asesinado en 1968 mientras realizaba su campaña presidencial. Su hermano Edward “Ted” Kennedy tuvo que lidiar con su propio conjunto de desgracias, desde accidentes de avión hasta un infame incidente automovilístico que truncó sus aspiraciones presidenciales y manchó su legado político.

El dolor no se detuvo en la generación de los hermanos Kennedy. La tercera generación también ha sufrido pérdidas trágicas, como la muerte de Saoirse Kennedy Hill, nieta de Robert, quien falleció a los 22 años, con una mezcla mortal de drogas en su sistema. Ahora, con el diagnóstico de Tatiana Schlossberg, la gama de tragedias parece no tener fin. Schlossberg fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda después de un alarmante recuento de glóbulos blancos tras el nacimiento de su segunda hija. A pesar de los esfuerzos médicos, incluyendo quimioterapia y trasplantes de médula, su futuro es incierto, y su dolor es palpable a medida que se enfrenta a la posibilidad de no estar presente en la vida de sus hijas.

La historia de los Kennedy es un recordatorio escalofriante de cómo el destino puede ser cruel y caprichoso. La narrativa de su linaje se entrelaza con el sufrimiento y la pérdida, creando un legado que, a pesar de sus muchos logros, está inextricablemente ligado a la tragedia. Con cada nueva tragedia que azota a esta emblemática familia, se renueva la discusión sobre la famosa maldición que parece perseguir a los Kennedy, una historia que continúa capturando la atención y la empatía del público.